¿De dónde viene el nombre? *
La palabra orgonite (u orgonita en español) hace referencia a la energía orgónica u orgón, nombre que Wilhelm Reich (médico y psicoanalista, discípulo de Freud) le dió a la energía vital. Esta energía se haya dentro y fuera de los organismos vivos, así como en la atmósfera. Es equivalente al concepto de éter, chí, prana, etc. de otras culturas.
Reich realizó grandes descubrimientos y aplicaciones en sus investigaciones sobre la energía vital. En los años 40 descubre la forma de concentrar y acumular la energía orgónica en unos receptáculos creados por él; son los llamados Acumuladores de Orgón.
¿Quién la inventó?
En los años 90, un practicante de la radiónica llamado Karl Welz, ideó unos pequeños dispositivos compactos elaborados con una mezcla de resina y viruta metálica a los que llamó orgonite (algunos lo llaman también generadores de orgón). Posteriormente Don Croft, una persona practicante de la electroterapia, quiso introducir un elemento nuevo a estos primeros orgonites, añadiéndoles cristal de cuarzo en su interior, con la intención de utilizarlo como un limpiador de energías ambientales estancadas y perjudiciales producidas por radiaciones nocivas.
¿De qué están hechas?
Básicamente de resina, metal y cuarzo. Es una composición de pequeños fragmentos (esquirlas, viruta, polvo) de metales o aleaciones de metales, tales como aluminio (el más usado), bronce, cobre, hierro, latón, etc. (excepto plomo) insertos en una matriz de resina y en una proporción equilibrada, a la que se le añade cristal de cuarzo. El cuarzo, según la opinión general, activaría su función piezoeléctrica con la presión de la resina al solidificarse, efectuando así la parte funcional de la repolarización y limpieza energética de la orgonita. Se dice que los cuarzos, así encuadrados en esta interacción metal-resina, no precisarían de las limpiezas energéticas habituales.
¿Para qué se utiliza?
Según el consenso de los elaboradores de orgonita, se trataría de un restaurador y emisor bioenergético. La orgonita no sería un acumulador en sí, o al menos no directamente, y su función principal sería la de restablecer la pulsación vital del Orgón estancado o mortecino, técnicamente D.OR. (Deathly Orgón). Es decir, transformaría la energía paralizada o bloqueada en energía vital pulsante de nuevo. Así pues, a efectos prácticos, se utilizaría para mitigar el ambiente de radiaciones nocivas, como las procedentes de fuentes electromagnéticas (ordenadores, TV, electrodomésticos, cables de alta tensión, etc), fuentes de microondas (wifi, hornos microondas, teléfonos móviles) y fuentes de energía nuclear. Según comprobaciones radiestésicas también actuaría en geopatías.
¿Por qué hay tanta diversidad de orgonitas?
Aprovechando el impacto visual y estético de los materiales utilizados, se suele tintar la resina, añadir cuarzos de diversas formas y colores, incluir símbolos sagrados (espirales, trisqueles, flor de la vida…) así como enriquecerlas con gemas, cristales, piedras semipreciosas, y otros minerales. Gran parte de estos elementos aportarían también sus propiedades terapéuticas, ampliando de esta manera el potencial de las orgonitas y a su vez las embellezen aún más. Así pues, se confeccionan orgonitas en pequeño tamaño para ser usados como colgantes, pulseras, llaveros, etc. o de mayor tamaño como objeto decorativo. Las formas más habitualemente utilizadas son las geométricas como semiesferas, pirámides, conos, etc.
*El vocablo orgonite, originalmente hacía referencia básicamente a la mezcla heterogénea y equitativa de resina y virutas metálicas, pero por extensión, se le llama actualmente también orgonite (u orgonita) al objeto estetico-artístico que lleve parte de dicha mezcla organico-metálica. Esto crea confusión, así que conviene aclarar que:
Originalmente, las piezas de orgonita estaban elaboradas, en todo su volumen, al 100 % con la mezcla de resina y virutas (más el cristal de cuarzo que propuso Don Croft), pero posteriormente, para potenciar la estética de la orgonita, se le fué quitando espacio a la viruta y con ello parte de su funcionalidad.
Es decir: Cuanta más resina libre (más transparente sea la orgonita) menor funcionalidad.
Para diferenciar las orgonitas originales de las que llevan partes transparentes, o material no funcional, decidí llamar a las primeras ¨orgonitas puras¨ (con el criterio de que al menos el 90% de su volumen lo ocupen las virutas metálicas), manteniendo así la intención original de ser usadas fundamentalmente con fines bioenergéticos. Estas orgonitas las podéis encontrar en nuestra web aquí: https://arteorgon.com/categoria-producto/orgonita-pura/
Los más puristas, que prefieran la orgonita 100% pura y elaborada exclusivamente con los tres ingredientes básicos (resina de poliéster, viruta de aluminio y cristal de cuarzo), y que algunos, basados en un enfoque más electrónico de su funcionamiento, prefieren llamar electronite, pueden conseguirla aquí: https://arteorgon.com/categoria-producto/orgonita-pura/orgonita-pura-autentica-towerbuster-tumbatorres-electronite/