IDENTIDAD
tras
la MARCA
Mi nombre es Jaime Selfa, tengo formación en varias disciplinas de medicina natural y energética, y soy un entusiasta de la obra de Wilhelm Reich. Durante mis años de estudio a mediados de los ´90 con la Escuela Española de Terapia Reichiana (ESTER) también me dediqué a construir los acumuladores de orgón, en forma de cabina, para el tratamiento de los pacientes que los psicólogos y médicos de la escuela me encargaban.
MI HISTORIA
Sobre el año 2.000 oí hablar de las orgonitas en internet, pero tenía mis dudas y no les presté demasiada atención, hasta que en el 2.010 me decidí a experimentar con ellas. En un principio comencé a elaborarlas para comprobar su funcionalidad pero esto no resultaba tan fácil como decían sus entusiastas. Como emisor bioenergético la orgonita no me suponía mayor problema, ya que seguía los principios básicos descubiertos por W. Reich; en este caso se trataba de una mezcla orgánico-metálica compacta y adecuada para emitir energía vital (orgónica). Pero como transmutador de D.OR (Deathley ORgone, es decir, energía vital degradada o estancada ) por el añadido de cuarzo en su interior, la cosa ya no era tan evidente. De hecho, a día de hoy el mecanismo de funcionamiento de la orgonita en este tema sigue pendiente.
Conforme pasaban los años comencé a hacerlas cada vez más estéticas, al mismo tiempo que iba emergiendo en mí una parte creativa de la cual no había sido muy consciente. La tarea era entonces intentar conjugar belleza con funcionalidad, procurar no menoscabar demasiado la correcta proporción 50/50 del volumen de su parte metálica (viruta principalmente) y orgánica (resina) en detrimento de la parte artística. Hay mucha polémica respecto a que porcentaje máximo de resina libre (sin virutas) debería permitirse sin afectar su funcionamiento, pero pocas demostraciones objetivas, así que me decidí a hacerlas atendiendo a la variedad de demanda y gustos que hay a la hora de adquirir una pieza de orgonita. Eso sí, procurando proporcionar toda la información posible para intentar evitar malentendidos o sensación de engaño; las personas suelen saber lo que quieren y buscan en una pieza de orgonita.
En mis descripciones de producto procuro evitar el abuso del marketing místico, tan recurrente en este mundillo. Y en cuanto a la simbología místico-esotérica prefiero dar información cultural e histórica pero señalando las aplicaciones objetivas que pudieran ser comprobadas físicamente (recordemos que formas geométricas como la pirámide, si se usan adecuadamente, pueden momificar alimentos, regenerar filos metálicos o producir una carga bioenergetica objetivable. Efectos similares pueden lograrse también con el símbolo del trísquel, por ejemplo). Respecto a las aplicaciones y sensaciones subjetivas hay que decir que muchos de los efectos sutiles, tanto de los llamados símbolos sagrados, como de la orgonita por sí misma, se percibirán en función del umbral de sensibilidad de la persona. Lo mismo ocurre con las piedras y minerales.
La gran mayoría de mis creaciones llevan entre un 50% y un 100% de orgonita pura y para ello recurro a lo que denomino ¨técnica del relleno invisible¨, esto es, una saturación de viruta o polvo metálico en los lugares no visibles para mayor potencia bioenergética. Así pues detrás de toda superficie opaca, pintada o apantallada con piedras o algún abalorio, hay orgonita pura (con su correcta proporción 50/50).
Gracias por visitar mi web y espero que les guste.