Estas piezas están elaboradas conforme al orgonite® original de K. Welz, mas un cristal de cuarzo en su interior propuesto por D. Croft, al que se le ha añadido turmalina negra, shunguita y polvo de óxido de hierro. En este caso además con la clásica forma de towerbuster (¨tumbatorres¨) o TB. Este nombre hace referencia a sus orígenes ya que esta era la forma habitual de orgonita que se usaba para colocarlas cerca de las torres eléctricas y de telecomunicaciones con la intención de combatir los efectos perjudiciales del electromagnetismo en la atmósfera.
Composición: Resina de poliéster, viruta de aluminio, cristal de cuarzo, turmalina negra, trozos de shungite, polvo de shungite y polvo de óxido de hierro micronizado.
Volumen 30 ml
Diámetro: 4 cm
Altura: 2.2 cm
Peso: 40 gr
Estas piezas de orgonite puro son demandadas generalmente por su funcionalidad más que por su estética. Su acabado, al no llevar una capa extra de resina externa (como las orgonitas artíscas, que son completamente lisas y suaves), queda con cierta aspereza al tacto, aunque esto dependerá del material y la forma del molde. En cualquier caso, las personas que buscan experimentar con este tipo de orgonita pura esto no suele importarles. Incluso lo valoran positivamente, ya que saben que, si queda algo rasposa la superficie, debido a que la viruta de aluminio queda más expuesta en la superficie, es señal de que la resina ha contraído bien. Esta contracción es lo que se busca, ya que, según los teóricos de las orgonitas, el cuarzo interno quedaría presionado, activaría su función piezoeléctrica y ejercería así su efecto de limpieza bioenergética.
De todas formas, se ha tenido en cuenta que, si este tipo de orgonita básica tiene que estar a la vista en su salita de estar o en su despacho, al menos que luzca bien. Así que, además de añadirle unos sutiles puntitos de destellos, y teniendo en cuenta que la resina de poliéster con el tiempo se deteriora estéticamente (se vuelve más mate), hemos pincelado muy ligeramente su exterior con una resina especial UV (de secado ultravioleta) con el fin de que se conserve mejor. En el proceso apenas se usa unas gotas de resina para que de esta forma no interfiera en la emisión orgónica (bioenergética) de la pieza.
